Embajadora Nikki Haley
Representante permanente de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas
Misión de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas
5 de enero de 2018
Como fue pronunciado
Gracias, Sr. Presidente, y feliz año nuevo a todos los miembros del Consejo de Seguridad y la Asamblea General. En la última semana, lo que sucedió en el terreno en toda la nación de Irán es algo que el mundo debe tener presente. Se trata de una expresión espontánea de los derechos humanos fundamentales. El pueblo iraní se está alzando en más de 79 lugares de todo el país. Es una muestra contundente de personas valerosas que están tan cansadas de su gobierno opresivo, que están dispuestas a arriesgar sus vidas en protestas.
El mundo debería reconocer su valentía. Las voces del pueblo iraní deberían ser escuchadas. Hemos debatido sobre el rol pertinente de los derechos humanos en el Consejo de Seguridad. Algunos de nuestros colegas creen que no hay lugar aquí para los derechos humanos. Creen que los derechos humanos y las libertades fundamentales son algo privativo de los gobiernos que los controlan.
Los Estados Unidos no comparte esta creencia. Los derechos humanos no son algo que conceden los gobiernos. Son el derecho inalienable de las personas.
La libertad y la dignidad humana no pueden separarse de la paz y la seguridad. Cuando se niegan los derechos de las personas, el pueblo tiene razón en resistir. Si sus inquietudes no son tenidas
en cuenta, entonces la paz y la seguridad están indefectiblemente en riesgo. Hemos visto esto en reiteradas oportunidades a lo largo de la historia de la humanidad. El caso de Siria es un nefasto
testimonio reciente de ese hecho.
Y lo que sucede en las poblaciones y ciudades de todo Irán en este momento confirma esta verdad fundamental. La indiferencia del régimen iraní por los derechos de su población ha sido
ampliamente documentada a lo largo de muchos años. El pueblo de Irán finalmente ya no tolera más la situación, y lo están demostrando en las calles.
El pueblo iraní entiende la naturaleza de su régimen. Entienden que no tener voz en su propio gobierno ha permitido que el régimen no los tuviera en cuenta. Y ha permitido que el régimen
propagara los conflictos y la inestabilidad cada vez más lejos.
Si escuchan los cánticos que entonan en las calles, este entendimiento se advierte claramente. Las Naciones Unidas indican que el régimen iraní destina al menos US$ 6.000 millones cada año
a mantener el régimen homicida de Assad en Siria. El pueblo de Irán lo sabe. Y por eso están diciendo a su gobierno “Salgan de Siria”. “Piensen en nosotros”.
Cada año, el régimen iraní gasta millones en milicias en Irak. Proporciona varios millones más cada año a los rebeldes hutíes en Yemen, incluido el envío de misiles balísticos para que lancen a otros países. Mientras tanto, la familia iraní promedio es un 15 % más pobre que hace 10 años atrás. Por eso, el pueblo iraní reclama “piensen en nosotros”.
El régimen entrega préstamos a baja tasa de interés a las clases dirigentes y acomodadas. Adjudica contratos de construcción a empresas corruptas vinculadas con la Guardia Revolucionaria Islámica. Y estas construyen edificios escatimando en seguridad. Miles de estos edificios colapsaron durante un terremoto. Cientos de personas murieron. Y el pueblo iraní reclama: “piensen en nosotros”.
Hoy, el pueblo de Irán le está hablando a su gobierno, y su mensaje es incuestionable: debe cesar el apoyo al terrorismo. No más pagos de miles de millones de nuestros fondos a asesinos y dictadores. Basta de apropiarse de nuestra riqueza y gastarla en combatientes extranjeros y guerras por terceros. Piensen en nosotros.
Las naciones que veneran la libertad en todo el mundo han impulsado el apoyo a la causa del pueblo iraní. Hablamos de Canadá. Noruega. El Reino Unido. Israel. Francia. Suecia. La Unión Europea. Respetamos y valoramos todos estos anuncios de apoyo a los derechos humanos universales. Pero debemos hacer más. El régimen iraní está interrumpiendo el acceso a Internet en un intento por cortar las comunicaciones entre los manifestantes. Están intentando silenciar la voz del pueblo iraní. No podemos permitir que eso suceda.
Todos los Estados Miembros de la ONU son soberanos, pero no pueden usar su soberanía como pretexto para negar rotundamente los derechos humanos y las libertades fundamentales de su pueblo. Insto a todos mis colegas a que me acompañen y amplifiquen el mensaje del pueblo iraní. E insto al Gobierno de Irán a desistir de censurar la voz del pueblo y restablecer el acceso a Internet. Pues, en definitiva, el pueblo iraní será el que determine su propio destino.
Que no quepan dudas: Estados Unidos apoya de lleno a quienes en Irán aspiran a la libertad para sí, la prosperidad para sus familias y la dignidad para su nación. No adoptaremos una posición pasiva. Ningún intento deshonesto por referirse a los manifestantes como “marionetas de potencias extranjeras” conseguirá cambiar esa postura. El pueblo iraní conoce la verdad. Y nosotros sabemos cuál es la verdad.
Actúan por voluntad propia, por su propia iniciativa y para su propio futuro. Nada impedirá que los estadounidenses muestren solidaridad con ellos. En 2009, el mundo se mantuvo pasivo
mientras las esperanzas del pueblo iraní eran aplastadas por su gobierno. En 2018, no vamos a permanecer callados.
Una vez más, el pueblo de Irán se está levantando. Están reclamando algo que ningún gobierno puede negarles en forma legítima: sus derechos humanos y libertades fundamentales. Están clamando “piensen en nosotros”.
Si los principios fundacionales de esta institución acaso significan algo, no solo escucharemos sus reclamos, sino que finalmente vamos a darles respuesta. El régimen iraní ha quedado bajo aviso. El mundo estará observando lo que hagan.