Departamento de Estado: Seguiremos presionando al régimen de Maduro
Por Elliott Abrams, Representante Especial de los EE. UU. para Venezuela
Miami Herald, 5 de junio de 2019
Cuando empecé a trabajar en asuntos latinoamericanos hace casi 40 años, Venezuela era una de las pocas democracias en América Latina. No solo era el lugar de nacimiento de Simón Bolívar, sino también un país que apoyaba firmemente a los movimientos democráticos en lucha por toda América Latina y recibía migrantes y refugiados de todo el hemisferio occidental y de Europa.
Pero en la Venezuela de hoy, la grave escasez de alimentos, medicamentos y agua potable se ve agravada por los reiterados cortes de energía eléctrica. La falta de empleo y la hiperinflación de un millón por ciento indican que hay una pobreza aplastante, y la creciente opresión por parte del régimen evita que se ejerzan los derechos humanos básicos. Venezuela es ahora fuente de migrantes y refugiados.
Durante la semana del 30 de abril, el mundo fue testigo de cómo el pueblo venezolano intentó poner al país de vuelta en un camino constitucional. La mayoría de los venezolanos, incluidos miembros del círculo íntimo del régimen y altos funcionarios militares y de inteligencia, ha perdido la fe en la capacidad de Maduro para gobernar.
Las grietas dentro del régimen de Maduro se multiplican y crecen, y el tiempo se le está acabando. Él no puede resolver, ni siquiera mejorar, los problemas urgentes que asuelan al pueblo venezolano.
Su solución es simplemente más represión y un esfuerzo brutal por destruir la última institución democrática en Venezuela, la Asamblea Nacional, tal como vimos cuando su Primer Vicepresidente, Edgar Zambrano, fue encarcelado el 8 de mayo.
Los venezolanos deben poder unirse y tomar las decisiones a las que se enfrenta su país a través de elecciones libres y transparentes que reflejen la voluntad de la mayoría, no solo de los pocos corruptos que tienen el poder.
Todos los partidos democráticos y sus facciones deberán unirse y generar un marco para una transición que desemboque en dichas elecciones. Y es la Asamblea Nacional, como único órgano electo establecido en la Constitución venezolana, quien puede dirigir mejor este proceso.
Apoyamos plenamente el trabajo que está haciendo para generar un marco de transición en el que todos los venezolanos tengan voz.
Los chavistas deben tomar una decisión. ¿Permitirán que su partido sea solo el partido de Maduro y de la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima e inconstitucional? ¿O defenderán la democracia y permitirán que el pueblo de Venezuela elija libremente sus líderes políticos? Para los miembros chavistas de la Asamblea Nacional que dejaron el órgano, el paso más importante que pueden dar para revertir la crisis política en Venezuela es regresar a la Asamblea Nacional y ocupar sus bancas.
Allí podrán defender sus ideas e ideales dentro del marco institucional que establece la Constitución venezolana.
Tanto las voces de la oposición como las chavistas son fundamentales para una transición pacífica y para la reconciliación nacional. Al igual que todos los ciudadanos del país, los chavistas deberán tener un rol en la reconstrucción de Venezuela. En su mejor momento, el chavismo defendió la inclusión de voces venezolanas que históricamente habían estado excluidas de la conversación nacional. Pero, si el chavismo quiere ser parte del futuro de Venezuela, debe ser verdaderamente democrático y no se puede imponer por la fuerza.
El objetivo de la política de los EE. UU. es claro: ayudar a los venezolanos que están tratando de que su país vuelva, primero a la democracia y el estado de derecho, y luego a la prosperidad.
La recuperación solo puede empezar cuando el gobierno respete los derechos de todos los venezolanos, sin importar su partido político, su riqueza o sus contactos. Cuando se cumplan estas condiciones, la talentosa población de Venezuela tendrá un apoyo fuerte de la comunidad internacional mientras un gobierno nuevo y legítimo empieza el largo proceso de recuperación de la mala gestión y la cleptocracia de Maduro.
Maduro y sus secuaces robaron decenas de miles de millones al pueblo venezolano, pero Venezuela todavía tiene sus vastas reservas de petróleo como base para su recuperación.
Hace pocos años, el país tenía negocios prósperos que creaban empleos bien pagados y de alta calidad. ¿Qué separa al pueblo de Venezuela de un mejor futuro? El régimen de Nicolás Maduro.
Seguiremos presionando al régimen de Maduro y a quienes permiten que siga aplicando sus tácticas represivas, incluidos Rusia y Cuba. Seguiremos apoyando a los actores democráticos y al pueblo venezolano.
Los Estados Unidos tienen la certeza de que los venezolanos perseverarán y lograrán construir un país democrático, próspero y reconectado con el mundo. Mantenemos nuestro compromiso con ayudar al pueblo venezolano a lograrlo.
Pero, para alcanzar ese objetivo, Venezuela necesita una transición pacífica decidida por todo su pueblo. Este es el momento para que los venezolanos que están comprometidos con un futuro democrático se unan para que esta nueva Venezuela sea una realidad.
Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.