Estados Unidos y Uruguay celebraron 150 años de cooperación y amistad

Estados Unidos celebró 150 años de cooperación y amistad con Uruguay

El lunes 2 de octubre, la embajadora Kelly Keiderling recibió a más de 350 invitados en Sinergia Design, para celebrar los 150 años de cooperación y amistad y brindar por el futuro de las relaciones bilaterales entre Uruguay y Estados Unidos. Asistieron al evento autoridades del gobierno uruguayo, entre ellas el Subsecretario de Relaciones Exteriores Embajador Ariel Bergamino, embajadores de varias misiones, legisladores, empresarios, docentes, becarios, periodistas, colegas y amigos de la Embajada de Estados Unidos en Uruguay. En el marco de la celebración, autoridades del Correo de Uruguay presentaron un sello conmemorativo del aniversario.

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Discurso de la Embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Kelly Keiderling:

 

KEIDERLING: “Muy buenas noches a todos. Antes de comenzar esta celebración les pido unos momentos de silencio para marcar la tragedia en Las Vegas que ocurrió anoche.  Unas 50 personas murieron en un tiroteo.  Lo sentimos muy de cerca porque una colega de nuestra embajada estuvo en ese concierto de música y, por suerte, salió bien.

Bueno… Hoy se cumplieron 150 años desde que Estados Unidos y Uruguay establecieron formalmente sus relaciones diplomáticas, mediante la llegada al país del primer diplomático estadounidense.

Un 2 de octubre como hoy, del año 1867, el nuevo Ministro Residente de los Estados Unidos, Alexander Asboth presentó sus Cartas Credenciales ante el Gobierno de la República Oriental del Uruguay.  Así, dio inicio a una relación formal que se ha mantenido de forma ininterrumpida hasta el día de hoy.

Comenzamos nuestra relación bilateral como dos pueblos que construían y desarrollaban sus países con el aporte de inmigrantes europeos, inmigrantes que buscaban una vida nueva en el gran continente americano.  Ellos llegaron a nuestras costas con ideas, tradiciones, culturas y costumbres que hoy son parte de nuestra propia identidad. Nos inspiramos en las naciones de la vieja Europa, y–reconociendo las oportunidades que todavía debemos a nuestros ciudadanos de la vieja África–soñamos naciones que reconocieran derechos a sus ciudadanos, que fomentaran la integración, la igualdad de derechos, con gobiernos que trabajaran para el bienestar de sus ciudadanos, y que buscaran la prosperidad económica de su gente.

Desde entonces, estas dos naciones comparten una agenda: cuestiones de prosperidad económica, seguridad más allá de nuestras fronteras, la defensa de los sistemas democráticos y nuestra evolución hacia sociedades más justas. Cuando hablamos de democracia y justicia social, nos apoyamos en nuestras constituciones.  Ellas describen libertades y derechos muy similares para nuestros ciudadanos y buscan defender ideales y valores que también compartimos.

Nuestros países no acaban de perfeccionarse.  No hay un punto final para el mejoramiento de nuestros Estados democráticos ni de nuestras sociedades justas. Lo que sí existe es el convencimiento de que hay que ofrecer cada día una mejor versión del país a los residentes de cada nación y un esfuerzo continuo por hacer valer los derechos, las libertades y las obligaciones que están escritas en nuestras constituciones. El Estado de Derecho, las instituciones democráticas, la libertad de pensamiento, de religión, de opinión y de asociación, y la igualdad de oportunidades para los ciudadanos de cada país son los conceptos que marcan nuestras agendas y generan también una infinidad de puntos de encuentro.

Entre nuestros países aumentan los temas de seguridad global por cuanto se va achicando nuestro mundo.  Nos preocupamos por la seguridad de nuestros ciudadanos cuando viajan.  Compartimos experiencias para enfrentar juntos nuevas manifestaciones de delitos, para actualizar nuestras fuerzas del orden y para proteger nuestras fronteras y nuestros recursos naturales. Nos integramos a la cooperación internacional para combatir el crimen organizado y transnacional, para propiciar tropas para misiones de paz de la ONU y para prepararnos para futuros desafíos al estado de derecho.

La prosperidad económica siempre está sobre el tapete. Nuestros ciudadanos comparten el valor por el trabajo.  A lo largo de esta historia, hay miles de ejemplos de uruguayos que han prosperado en Estados Unidos así como de estadounidenses que encontraron el éxito en Uruguay. Los dos países promueven el comercio y las inversiones internacionales para crear puestos de trabajo dignos.  Los dos países entienden que la educación, la investigación, la innovación, las nuevas habilidades para el siglo XXI y el emprendedurismo son claves para asegurar la prosperidad hoy y en el futuro.  Ambos gobiernos buscan la forma de mantener activas y pujantes sus economías mediante el intercambio de conocimiento, bienes y servicios.

Esta es la historia compartida entre nuestros ciudadanos.  Es historia vivida en carne y hueso, compuesta por experiencias, anécdotas, alegrías, frustraciones, encuentros y desencuentros.  Y ha estado siempre sostenida por el vínculo entre personas como nosotros, los que estamos aquí hoy.  Es un vínculo que comienza entre gobiernos, presidentes y embajadores, y que después los trasciende e incluye a toda nuestra sociedad.

Nos gustaría capturar esas experiencias vividas y nuestros deseos por un futuro compartido en ese artefacto [apuntar a las luces].  Les pido, después del brindis, que compartan una experiencia o un deseo, o acaso solo un nombre, escrita o dibujada en una tarjeta, para colgarla de las lucecitas. El producto final lo exhibiremos en la embajada. Esta noche entonces, celebremos esta rica historia de cooperación y amistad.  Esta rica historia que tantos otros antes han alimentado, y que nos da razón para mirar el futuro con optimismo.

Gracias por ser parte de esta celebración de 150 años, gracias por acompañarnos. Y, por muchos años más, ¡salud!”