La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, por el Embajador de Estados Unidos, Kenn S. George
Cada 4 de julio, los estadounidenses en todo el mundo reflexionan con gratitud sobre la Declaración de Independencia de nuestra gran nación. El 4 de julio de 1776 marcó el inicio de un viaje continuo hacia la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Durante los últimos 244 años, los Estados Unidos han pasado de ser grupos de colonos que buscaban la libertad de culto, la libertad personal y refugio de persecución a ser una nación que la mayoría creía que no sobreviviría, que aceptó con renuencia el rol de líder mundial y que hoy es la democracia más antigua y la economía más fuerte del mundo.
Yo nací y crecí con la libertad de creer, perseguir e intentar cualquier cosa que pudiera imaginar. Midland, Texas, un lugar que se describe a sí mismo como “la tierra del alto cielo”, es mi ciudad natal. Mientras crecía y viajaba a lo largo y ancho de los Estados Unidos, me sorprendieron su belleza, sus oportunidades y su generosidad.
Cuando era joven, mis padres me inspiraron de muchas maneras. Mi padre me llevó a aceptar el espíritu emprendedor, y mi madre me alentó a soñar “tan alto como el cielo”. Y los dos me enseñaron a amar y apreciar las libertades y la democracia de mi país que fueron conseguidas con esfuerzo.
Nosotros, como estadounidenses, hemos enfrentado bastantes desafíos, no somos perfectos y ninguno de nosotros lo es, pero seguimos intentando aprender de nuestros errores y entender y aceptar las diferencias que nos hacen más fuertes. Seguimos buscando los ideales y valores democráticos sobre los que se fundó nuestra nación, “para crear una Unión más perfecta”, tal como establece nuestra Declaración de Independencia. Seguimos buscando el sueño americano, algo en lo que creo fuertemente.
En los distintos emprendimientos de mi vida en el sector público o privado, he aprendido que la mayoría de los estadounidenses, sin importar sus circunstancias, valoran y buscan los mismos sueños de libertad y de una oportunidad de mantener a sus familias de la manera que elijan.
La celebración de nuestra independencia también nos permite tomarnos un momento para reflexionar y dar las gracias. La generosidad y compasión sin igual de los estadounidenses han ayudado a millones de personas a salir de la pobreza en todo el mundo, y entregado atención médica y medicamentos a personas necesitadas para salvarles la vida. El pueblo estadounidense también ha trabajado junto a incontables naciones durante los últimos 244 años para ayudar a proteger la vida y la libertad.
El excelente sistema de educación superior de los Estados Unidos ha formado a algunas de las mentes más brillantes e innovadoras del mundo, y ha sido el origen de algunos de los negocios más exitosos, de mayor impacto y más sostenibles económicamente en todo el mundo.
Nuestro documento más antiguo, nuestra Constitución, ha sido enmendada 27 veces en 244 años. Estas nuevas leyes actualizaron nuestra democracia para reflejar de mejor manera los cambios que nuestra sociedad necesitaba. Siempre habrá oportunidades para mejorarla, hacerla más inclusiva y amplia, e incluir más libertades para nuestros ciudadanos. Debatimos estos temas abiertamente, denunciamos las injusticias y buscamos comprender nuestras diferencias, y lo hacemos en ámbitos públicos para que todo el mundo lo vea.
Lo más valioso de los Estados Unidos es que los estadounidenses creen en lo que nuestro país representa. Estamos dispuestos a participar en el proceso democrático. Es difícil, desordenado, fortalecedor y revelador, y protege nuestros ideales democráticos. Creo que esto es a lo que hacían referencia nuestros fundadores en la Declaración de Independencia cuando escribieron: “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad (…).”
Mi esposa Tricia y yo fuimos bendecidos con nuestros cuatro hijos y cuatro nietos. Es un honor y una responsabilidad para nuestra familia pasar estos valores a la próxima generación. Celebrar el aniversario de nuestra independencia cada año es uno de los festejos más importantes para mi familia y para mí. Es parte de nuestras vidas; es un día en rojo, blanco y azul y, como dice la canción de Lee Greenwood: “Me enorgullece ser de los Estados Unidos, donde al menos sé que soy libre”. Es un privilegio compartir este día con todos nuestros amigos y colaboradores en Uruguay.