Nuevo programa de apoyo comunitario de la Embajada de EE.UU. en Uruguay.
La Embajada de los Estados Unidos en Uruguay puso en marcha un programa de voluntariado llamado “Unidos”, con el objetivo de apoyar tareas y proyectos solidarios que tengan como principales beneficiarios a niños, jóvenes, escuelas, ONGs y socorristas de Uruguay.
El grupo de voluntarios “Unidos” está conformado por empleados estadounidenses y uruguayos de la misión en Uruguay quienes participan de los distintos proyectos transformándose en verdaderos embajadores de la generosidad estadounidense, un valor muy arraigado en las costumbres de este país.
Para lanzar el programa, en el mes de diciembre, la coordinación del Programa Unidos identificó dos proyectos: uno en la escuela pública “Escuela Estados Unidos”, en el Departamento de Montevideo, y otro en la ONG “Centro Florecer”, ubicada en el Departamento de San José y cuyo cometido es brindar atención y contención a niños y jóvenes con trastornos del espectro autista y a sus familias.
El martes 8 de diciembre, el Embajador Kenn S. George visitó el Centro Florecer, en San José, junto a un grupo de voluntarios para ayudar con las reparaciones de los salones de clase.
Esta es la primera vez que un Embajador de los Estados Unidos visita el centro. “Estoy muy impresionado con el trabajo que realizan aquí, y puedo ver que este proyecto está impulsado por la pasión, el amor profundo y el compromiso. Quiero agradecerles a todos por permitirnos ser parte de esta asombrosa transformación que ciertamente traerá alegría y dignidad a todos aquellos que reciben atención y cuidado en estas aulas.”, comentó tras su visita al centro.
El proyecto UNIDOS es una iniciativa que cuenta con el apoyo del Embajador George, así como de la Subjefa de Misión, Jennifer Savage, y varios funcionarios de la embajada.
En su mensaje de lanzamiento e invitación a participar, el Embajador George señaló que “la generosidad es un valor fundamental en los Estados Unidos. Todos tenemos muchas cosas por las que estar agradecidos, pero ahora, quizás más que nunca, los estadounidenses y uruguayos pueden estar agradecidos por la oportunidad de vivir en países democráticos. Países fundados en la creencia de que todos somos creados iguales y que todos merecemos dignidad, atención y amor”.